El Bosque Nativo tiene una gran importancia en las políticas medioambientales en cuanto a la protección de los recursos naturales, tales como el suelo, el agua, el aire y las especies cuya conservación es de interés para el país. Por este motivo se han dictado, a nivel nacional e internacional, normas que lo protegen y que apuntan principalmente a su conservación y uso responsable, es decir, un manejo que permite el aprovechamiento sustentable del Bosque Nativo.
El Bosque Nativo se regenera naturalmente, por lo que el manejo sustentable del mismo requiere que se efectúen diversos tipos de actividades silvícolas, tales como el raleo de los árboles en malas condiciones, cortas sanitarias, selección de árboles semilleros, preparación del terreno para el establecimiento de la regeneración, etc. Estas faenas permiten que los árboles con mayor potencial de crecimiento puedan desarrollarse en óptimas condiciones, con mejores condiciones de luz y nutrientes. De esta manera se logra, a través de la regeneración natural y las actividades silvícolas, un Bosque Nativo de excelencia, conservando sus múltiples servicios ambientales y de protección de vida silvestre.
Finalmente, dado que para la ejecución de las actividades silvícolas en general es necesario construir vías de acceso a los distintos lugares del bosque, estos caminos y/o senderos constituyen una herramienta importante para cuidar el Bosque Nativo, ya que por una parte, en el evento que se produzcan incendios forestales, será más fácil combatirlos y, por la otra, permite detectar con rapidez cortas ilegales causadas por terceros.